Bienvenidos a Mitos y Leyendas de Ancash

Espero que disfruten de este misterioso y lindo contenido acerca de los Mitos y Leyendas de Ancash(Perú), Mitos y Leyendas que circulan entre pobladores hasta el dia de hoy, y que no se sabe si es verídico o no.

viernes, 9 de abril de 2010

Leyenda Del Cerro Lagartija (Huarmey-Ancash)


Cuentan los antiguos pobladores de la bella Huarmey, que en los años de su juventud, rondaba por la villa una lagartija muy peculiar, solía hablar con los niños y en el atardecer se esfumaba, justo cuando el sol se ponía de color ocre intenso fulminante. Fueron muy pocos los ojos pecadores que le habían visto, la lagartija era una secuaz reptil que se explayaba a su antojo, verboseando palabras muy frescas, los niños eran sus favoritos para dar inicio a sus diálogos.

Una tarde se puso a contar a los niños, de sus acaloradas caminatas por la playa Salinas, por playa Marín, decía de un viejo pescador que lloraba sentado al borde de un despeñadero, su llanto eran tan largo que se escuchaba varios kilómetros a la redonda, tan penoso que todas las olas se estacionaban solemnemente frente a él, en señal de complicidad y de solidaridad por su dolor. Apenados por la historia que narraba la lagartija, los ojos de los niños se pusieron llorosos, entre tanto, la lagartija seguía con su noble relato del triste pescador, pero cuando ya iba a finalizar la historia, el sol se ocultó estrepitosamente y calló una negra oscuridad sobre el cielo de la villa y en medio de la oscuridad, los niños y la lagartija aturdidos, no sabían qué hacer, uno de los niños, cogió a la lagartija y la cubrió entre sus manos para que no dañaran a sus ojos la densa oscuridad y se encaminó hacia el norte de la villa, solo, en caminata fúnebre, la lagartija se silenció por completo y el niño le susurraba palabras de aliento para que se sienta cómoda entre las palmas de sus manos.

Se entremezclaron con el desierto y muy cerca del mar el niño baja sus manos hacia el suelo y deposita con amabilidad prodigiosa a la lagartija, para que ella tome el rumbo hacia su covacha, aturdida y casi ciega por el atardecer estrepitoso la lagartija se queda estática y pronuncia la más celebrada palabra de cordialidad: gracias.
El niño oye la despedida y se vuelve corriendo hacia la villa antes que la noche haga más oscuridad en sus ojos.
La lagartija se quedó ahí, inmovilizada, luego de varios minutos, cuando ya no tuvo nada qué hacer, se movió en sentido contrario, dirigiendo sus ojos hacia el Este del punto cardinal y ahí se quedó para siempre.
La mañana del otro día, esperaban como siempre, los niños de la villa a que llegase la lagartija a terminar de contar la historia del triste pescador, dieron las cinco de la tarde y la lagartija no apareció, uno de los niños sugirió que fueran a ver donde había sido dejado por la tarde del día anterior y se encaminaron al lugar, y cuando llegaron al paraje desértico, solo hallaron un cerro colorado en forma de lagartija mirando al Este del punto cardinal. Desde ahí, los niños esperan que alguien les termine de contar la historia del triste pescador, mientras el nuevo cerro lagartija quedose para siempre mirando al Este del punto cardinal y teniendo como nuevos vecinos a los niños del barrio del pueblo joven La Victoria.

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